martes, 31 de mayo de 2011

LA ONU DISEÑA UNA HOJA DE RUTA PARA DAR EL SALTO A LAS RENOVABLES



Resumen y comentario

Sol, viento, agua y biomasa. Esas serán, según esperan Naciones Unidas y el IPCC, las principales fuentes de energía en el mundo en 2050, cubriendo un 77% de la demanda.

Las renovables juegan un papel clave para evitar el calentamiento del planeta. Y romperán el vínculo entre el desarrollo de las economías atrasadas y el alza de las emisiones. Pero aunque las posibilidades no se ponen en cuestión, "hay importantes retos técnicos y políticos", dijo su relator, Ottmar Edenhofer.

Las fuentes renovables cubrieron el 12,9% de la demanda global de energía en 2008, según la ONU. La biomasa fue la más importante (10,2%), seguida por la hidráulica (2,3%), la eólica (0,2%), geotérmica y solar (0,1%). El carbón, el petróleo y el gas natural representan el 85%, y son responsables del 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Los incentivos públicos, el alto precio de los combustibles fósiles y el desarrollo tecnológico aceleran la introducción de las renovables.

Según 164 posibilidades analizadas por 120 expertos, el salto a las renovables permitirá un ahorro enorme en las emisiones de dióxido de carbono, pero requerirá de mucha inversión (3,5 billones de euros en energías limpias para multiplicarse por 20 el suministro en una década).

Ramon Pichs, otro de los relatores, señala que son claves para el futuro de los países en desarrollo, donde 1.400 millones de personas no tienen acceso a la electricidad en sus hogares. Edenhofer explica que parte del paso de las energías fósiles a las renovables se hará sin que sea necesario adoptar políticas más activas, pero para un mayor cambio hace falta mucho esfuerzo, ya que aunque en algunos casos la tecnología es competitiva, el coste de producción sigue siendo alto comparado con las energías fósiles.

La ONU ofrece datos que reflejan que ya hay un incremento en la capacidad entre las energías renovables. También se afirma que las renovables contribuirán más en la lucha contra el cambio climático que la nuclear. Y para hacerlas más atractivas, el IPCC invita a los gobiernos a tener en cuenta el impacto medioambiental de las emisiones contaminantes y de gases de efecto invernadero.

España tiene una posición destacada por el peso en su sistema de la energía renovable. En abril, las renovables aportaron un 52% de la generación eléctrica nacional, repartido entre eólica (16%), hidráulica (15,4%), solar, biomasa, cogeneración y minihidráulica. La energía nuclear aportó un 22% y las térmicas de carbón, otro 12%.

En conclusión, se quiere aumentar el uso de energías renovables gracias a las numerosas ventajas que presentan que han sido mencionadas anteriormente (tienen un potencial ilimitado, son claves para la lucha contra el cambio climático y para el desarrollo económico de muchos países…) pero también hay que tener en cuenta sus desventajas, tanto las que aparecen en la noticia (suponen un gran coste, son un reto técnico y político…) como las que hemos visto en clase, como que dependen de las condiciones meteorológicas, tienen también impacto ambiental etc.

Aún así, estoy de acuerdo con esta medida de la ONU y del IPCC, ya que me parece que las energías renovables son la mejor alternativa a los combustibles fósiles (una fuente de energía cara, agotable y contaminante). Creo que sería un gran avance que se cumpliera el propósito de que a mitad de siglo, un 77% de la energía provenga de fuentes renovables, y por eso espero que los gobiernos se comprometan a invertir el dinero necesario para que esto se cumpla. De momento, según los datos de la noticia, en España vamos por buen camino.

Marta Palou Lobato
1ºBACH A

Los cultivos de algas para producir biodiesel


VANESSA SÁNCHEZ
SOITU.ES
15-03-2008

La producción de biodiésel a partir del aceite de cultivos de algas va saliendo poco a poco de los laboratorios para llegar a ser una realidad en plantas industriales. Las ventajas de esta tecnología parecen contundentes: las algas tienen un alto rendimiento por superficie cultivada, bajos costes de producción y no compiten con productos alimentarios como otros cultivos energéticos. Además, algunas experiencias aprovechan las emisiones de CO2 de centrales térmicas o de otro tipo de industrias para el cultivo de las algas,



Invernaderos de la empresa argentina Oil Fox.
Las algas necesitan tres componentes esenciales para su desarrollo: luz, anhídrido carbónico y agua. Se cultivan en balsas, tubos o canales de escasa profundidad, para permitir una mayor iluminación, y en cuyo interior se mantiene un flujo y temperaturas constantes, y se inyecta CO2 y nutrientes. Una vez desarrolladas, se extraen de su medio de crecimiento y se obtiene el aceite esencial que contienen. El cultivo de estas micro algas tiene lugar en invernaderos o en los llamados fotobiorreactores,
Por lo general este tipo de producción se reduce a algunas experiencias piloto, pero en algunos casos ya se está produciendo a gran escala. Es el caso de la empresa Oil Fox, con sede en Argentina, dónde están produciendo del orden de 100.000 litros de biodiésel por hectárea cultivada de algas cada mes, una cantidad sorprendente si se compara con los 400 litros de media que produce una hectárea de soja, al año.


En Nueva Zelanda, la tecnología desarrollada es diferente. La empresa Aquaflow Bionomic Corp cultiva algas en estanques de aguas residuales, ricas en nutrientes. Así pues, elabora biodiésel con estas algas y además depura las aguas residuales. Ya en el año 2006, la empresa produjo un biocarburante de algas que fue utilizado en una mezcla al 5% con combustible para vehículos.
En Estados Unidos, hay al menos seis proyectos en funcionamiento, varios de los cuales están dirigidos a producir electricidad de la biomasa de algas. 

Opinión personal
Estos nuevos avances que se están desarrollando con el objetivo de disminuir nuestra dependencia de los combustibles fósiles son sin duda muy importantes de cara al futuro de sostenibilidad energética al que aspiramos. El hecho de que podamos producir biocombustibles a partir de fuentes de energía renovables y que además contribuyan a disminuir la cantidad de CO2 en la atmósfera (las algas consumen más CO2 del que emiten) constituye un doble beneficio y un gran aliciente que debería motivarnos a apostar por este tipo de tecnología más respetuosa con el medio ambiente. Sin embargo no todo son ventajas. A pesar de que estos biocombustibles son más “limpios” no debemos olvidar que su combustión sigue generando gases de efecto invernadero que son emitidos a la atmósfera, por lo que habría que dirigir parte de las investigaciones a averiguar el modo de disminuir o aprovechar ese CO2 que se emite, por ejemplo, para utilizarlo para el cultivo de estas algas.

Cristina Jiménez Ortiz  1º Bachillerato A